Como les conté en el podcast del resumen del libro Hiperpaternidad de Eva Millet, les dejo este decálogo que mi mamá nos leía durante los almuerzos, y que nos hacía estudiar y repetir cuando era oportuno.
Es sacado de un escrito del columnista estadounidense John Rosemont sobre “El llamado al poder de los padres”:
Los niños tienen los siguientes derechos:
1-Escuchar decir a sus padres, por lo menos tres veces por día, una palabra esencial para la formación de su carácter: NO.
2-Descubrir precozmente en sus vidas que sus padres no están allí para hacerlos felices, sino para ofrecerles la oportunidad de aprender las habilidades que ellos –los niños- necesitarán para poder hacerse felices a sí mismos.
3-Protestar a voluntad sobre las decisiones de sus padres, quienes, a su vez, tienen el derecho de restringir esas protestas a ciertas áreas de sus hogares.
4-Advertir precozmente que sus padres se preocupan mucho de ellos, pero que no viven pendientes de la opinión que, minuto a minuto, los hijos se forman sobre los padres.
5-Escuchar a sus padres afirmar, en forma habitual y frecuente: “Porque yo lo digo”, porque es la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad.
6-Compartir activamente las labores domésticas porque es una de las actividades más importantes para construir el carácter a la que se puede dedicar un niño.
7-Descubrir tempranamente en su vida que no son el centro del universo, ni siquiera de la vida de sus familias o de sus padres, que no son peces grandes en una pecera pequeña, que no son el Mesías y que ni siquiera son, en el esquema general de las cosas, muy importantes – nadie lo es - lo que permitirá evitar que se conviertan en criaturas insufribles.
8-Aprender a ser agradecidos por lo que reciben. Tienen el derecho de recibir todo lo que realmente necesitan y muy poco de lo que simplemente quieren.
9-Aprender precozmente que la obediencia a la autoridad legítima no es optativa y que la desobediencia genera consecuencias.
10-Todos los niños tienen el derecho de que sus padres los quieran tanto como para garantizar que ellos – los niños – puedan disfrutar de todos los derechos anteriores.
¡Espero que puedan poner este decálogo en un lugar visible de la casa!
¡Nos vemos en el próximo post!
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