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Las tres Funciones de un padre

La tarea de los padres puede encararse de muchas maneras. Algunos ven a los padres como a un entrenador, otros como a un policía, muchos como a un amigo y unos cuantos como si fuera Dios… y para los Dres. Cloud y Townsend, autores del libro “Límites para nuestros hijos”, todas estas funciones tienen algo de cierto.


Según estos autores, la tarea de un padre o un cuidador consta de tres funciones principales:

• Tutor

• Administrador

• Fuente


Función de Tutor

Un tutor es la persona legalmente responsable de un niño, y bajo esa facultad lo protege y lo preserva.


¿Por qué un padre debe brindar protección y preservar a su hijo?

Porque los niños no cuentan con la sabiduría para proteger y preservar su vida. No saben distinguir entre el bien y el mal, entre el peligro y la seguridad, la diferencia entre lo bueno y lo mejor, entre la vida y la muerte.


No piensan en las consecuencias de sus actos, sino en obtener una gratificación inmediata. Por lo tanto, mientras exploran y descubren sus límites, se exponen a los peligros. La sabiduría proviene de la experiencia, que es un elemento importante que al niño le falta.


Un tutor le proporciona al niño un entorno seguro para aprender y lograr sabiduría:

-Si se le da poca libertad como para ganar en experiencia, el niño permanecerá así para siempre.

-Si se le da demasiada libertad, el niño corre el peligro de dañarse.


Por lo tanto, lograr el equilibrio entre la libertad y los límites constituye una tarea primordial en la crianza de los niños.

Los padres deben proteger a sus hijos del peligro, protegerlos del mal y preservar sus vidas.

Este tutor protector hace uso de los límites adecuados para resguardar a los niños de diferentes fuentes de peligro:

1. Peligros internos

2. Peligros existentes en el mundo exterior

3. Libertades inadecuadas que no están preparados para manejar

4. Acciones, conductas o actitudes inapropiadas o malignas

5. Su propia tendencia regresiva a mantenerse dependientes y a evitar crecer.


Los padres, en su papel de tutores, se ocupan de que sus hijos estén seguros, sanos y que crezcan adecuadamente. Con mucha frecuencia, emplean límites para realizar esta función. Establecen fronteras respecto a la libertad, y luego las ponen en práctica para proteger al niño.


Mediante este proceso, el niño interioriza los límites como fuente de sabiduría y gradualmente comienza a tener la capacidad de ocuparse de sí mismo.



Función de Administrador

Un administrador se asegura que las cosas se hagan, de que se cumplan los objetivos,

las exigencias y las expectativas.


Los niños no nacen con disciplina propia, por lo tanto, necesitan la “disciplina de los demás”. Los administradores brindan este tipo de regla para asegurarse de que el niño realice las tareas que le corresponden con el objetivo de satisfacer los requisitos que son importantes para su crecimiento.


Los administradores proporcionan esta disciplina controlando los recursos, las enseñanzas, poniendo el acento sobre las consecuencias, corrigiendo, infligiendo castigos, manteniendo el orden y construyendo habilidades.


Supervisan la ardua tarea cotidiana de lograr los objetivos.

Los límites tienen una gran importancia en la conducción de los niños. El hecho de fijar límites y requerirle al niño que se haga cargo de sí (tomar el problema como suyo y no de los demás), y que sea responsable (ocuparse de lo que ha encarado), implica un claro entendimiento de dichos límites.



Función de Fuente

Los niños llegan al mundo sin ningún recurso.

No saben dónde están los alimentos, cómo obtener un refugio o el dinero que necesitan para cubrir sus necesidades básicas.

También tienen necesidades inmateriales, pero no saben cómo satisfacerlas. Necesitan amor, crecimiento espiritual, sabiduría, apoyo y conocimientos, pero todo esto está fuera de su alcance.


Los padres son la fuente de todas las cosas buenas que un niño necesita.

Son el puente entre los niños y el mundo exterior donde se encuentran los recursos básicos para vivir. Y en cuanto a dar y recibir recursos, los límites juegan un papel muy importante.


Los niños deben aprender cómo recibir y hacer uso de la responsabilidad de lo que se les da para luego gradualmente llegar a satisfacer sus necesidades por sus propios medios.


Al principio, los padres son la fuente. Luego, progresivamente le otorgan independencia al niño para que pueda satisfacer sus propias necesidades.

El hecho de ser una fuente para nuestros hijos es, a la vez, una bendición y una dificultad:

-Si los padres dan sin límites, los niños aprenden a sentir que tienen derecho a todo y se vuelven egoístas y exigentes. La ingratitud pasa a ser un patrón de su personalidad.

-Si los padres brindan los recursos con reticencia, los niños desisten en su esfuerzo por desarrollar una esperanza de alcanzar metas que los gratifiquen.


Si uno establece límites claros, los niños tendrán mayor oportunidad de obtener la motivación, la necesidad, las habilidades y el plan para vivir una vida amorosa, responsable, justa y exitosa ante Dios y ante los demás.


A lo largo del libro, los autores dan todas las pautas y herramientas necesarias para conseguir ser padres con limites, que eduquen hijos con límites; porque de los límites depende el carácter que formemos en nuestros hijos, y del carácter dependerá el éxito que tengan en la vida en todos los ámbitos.


No te pierdas los podcasts con el resumen de este libro super recomendado.

¡Hasta el próximo post!



Fuente: Henry Cloud y John Townsend. “Límites para nuestros hijos”. 2014. Editorial Vida.




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